Delincuencia organizada a la caza de los ciudadanos de Apaxtla

Apaxtla, Gro.- Aunque han logrado desterrar a los delincuentes que operaban en su municipio; la población total de Apaxtla continúa sometida y acorralada al no poder salir de su territorio, pues, en caso de que lo hagan, los delincuentes permanecen “a la caza” de los apaxtlenses, desde los municipios vecinos.  

Para el presidente municipal y los líderes del movimiento de autodefensa; los apaxtlenses se encuentran en un estado de “sitio”, por lo que tienen que vivir sin cruzar los límites de su territorio.
Apaxtla…
En Apaxtla los ciudadanos “reviven” poco a poco. Al andar en las calles siguen mostrando desconfianza, pero no el temor de hace algunos meses cuando por la fuerte presencia de grupos criminales, no podían siquiera salir de sus hogares.
Las calles ya no lucen totalmente vacías. Los niños van a la escuela y antes de regresar a sus casas pasan al centro del pueblo. Ahí, alrededor del kiosco o en la plaza central corren, juegan y simplemente platican. Todo se asemeja al Apaxtla de antes, pero no llega a ser igual.
Las parejas jóvenes se pueden ver nuevamente sentados en las jardineras de la plaza, abrazados, sonrientes y disfrutando de su amor. Los pequeños prefieren jugar futbol y los ancianos solo observan, analizan y recuerdan.

En lo general son los jóvenes y ancianos quienes se pasean por el centro del pueblo, pero los adultos (hombres y mujeres) son los que más se reniegan a mostrar una vida “normal”, sin temor a volver a ser atacados o amenazados.
En general, Apaxtla recobra vida. Las calles ya se observan con movimiento al igual que las escuelas, tiendas, parques y los lugares más concurridos de siempre. La cabecera municipal ya no luce como un pueblo fantasma, pero aún se observan las secuelas de un año terrible donde hubo ataques armados, amenazas, secuestros, extorsiones y mucha zozobra.
Muchas de las familias hoy están incompletas por la muerte o desaparición de alguno de sus integrantes. Son éstas las que se niegan a volver a vivir sin miedos.
Pero alrededor de la cabecera, las carreteras siguen luciendo vacías. La gente se concentra en los pueblos o en la cabecera municipal y nadie sale. Todos tienen temor de andar de un pueblo a otro o, peor aún, de un municipio a otro.